5 de diciembre de 2024

Pese a la suba de contagios, el Gobierno reconoce que no hay margen social para otro confinamiento

Alberto Fernández reunió a parte del gabinete en Olivos para analizar medidas. Temen por una "cepa argentina".

En el Gobierno admiten que en la Argentina no hay margen económico y social para imponer otra cuarentena pese a la llegada de la segunda ola del coronavirus que se tradujo en la suba de contagios de las últimas semanas.

En el Ejecutivo aseguran que el país no puede soportar una caída de la actividad económica como la del 2020, que alcanzó el 10% y fue el peor índice en dos décadas.

Sonia Tarragona, jefa de gabinete de Carla Vizzotti en el ministerio de Salud, dijo que "no hay chances" de que se cierren actividades por completo y pidió dejar de hablar de "cuarentenas".

En diálogo con Radio con Vos, Tarragona dijo que "la idea es ir alternando situaciones, no las llamaría cuarentenas, más bien disminución de alguna actividad". Y que de producirse una cuarentena sería intermitente y focalizada, no como la que se decretó en marzo del año pasado.

Esta idea es respaldada por los gobernadores, que no quieren que sus provincias vuelvan a sufrir el freno total de la actividad. El chaqueño Jorge Capitanich dijo que "pensar en un restricción de carácter general como el 20 de marzo es impensable". 

No estamos exentos de que se genere una cepa argentina 

Capitanich habló de aplicar restricciones parciales por horarios o zonas.  La ministra Vizzotti dijo la semana pasada que no apuntaban a un confinamiento sino a "franjas horarias", pero luego fue desmentida por Presidencia.

Justamente la falta de margen para otra cuarentena queda en evidencia con el contraste de la situación epidemiológica de marzo del año pasado. En ese entonces, con sólo 128 casos confirmados de coronavirus y tres muertos en todo el país, Alberto decretó la cuarentena total que se extendió en el AMBA por más de seis meses.

Ahora, Argentina rozó los 13 mil casos el último día hábil y tuvo más de 10 mil casos un sábado, una cifra que no se registraba ni en los picos del año pasado. La cifra de contagios aumentó más del 20 por ciento en la última semana en la provincia de Buenos Aires y en la Ciudad.

Por ese motivo Alberto convocó este mismo domingo a Olivos a parte de su gabinete con el objetivo de analizar restricciones. Santiago Cafiero, Eduardo "Wado" de Pedro y Carla Vizzotti fueron llamados a la quinta presidencial, aunque en la Rosada adelantaron que las medidas no se terminarán de definir en esa reunión.

Además de la suspensión de los vuelos a Brasil, México y Chile dispuestos en la última semana, una de las alternativas que barajan es limitar la nocturnidad, una idea que surgió a comienzos de año por temor a rebrotes en la Costa Atlántica. Incluso se analizó el toque de queda nocturno, pero no hubo consenso con los gobernadores para aplicar una medida que en Europa está vigente desde hace meses.

En el Gobierno hay una relativa tranquilidad respecto de la ocupación de camas de terapia intensiva, que aún no está en números críticos: a nivel nacional hay una ocupación del 55,5% y en el AMBA del 59,9%. Sin embargo, el temor del Gobierno es que esos niveles se compliquen ante la irrupción de las nuevas cepas. En especial la variante de Manaos, que convirtió a Brasil en el epicentro de la pandemia. El Wall Street Journal advirtió que Brasil amenaza con convertirse en un peligro mundial para la salud pública.

Esta cepa impacta además porque afecta a los jóvenes. Este sábado, la Asociación de Medicina Intensiva Brasileña informó que el número de muertes de personas de 18 y 45 se triplicó de febrero hasta la fecha. Ya representan el 38.5% de las muertes cuando las variantes anteriores del virus rondaban el 14%.

La cepa de Manaos ya ingresó a la Argentina pero no es la única que alarma a las autoridades sanitarias argentinas: la semana pasada, un cordobés de 59 años que había viajado a México se convirtió en la primera víctima fatal de la cepa del Reino Unido.

"No estamos exentos de que se genere una cepa argentina", dijo Tarragona.